¿Cuánto apuesta a que Jesús Zambrano, líder del PRD, no precederá legalmente contra Roberto Borge?

Fabiola Cortés Miranda

¿Cuánto apuesta a que Jesús Zambrano Grijalva, presidente nacional del PRD, servil del gobierno priista de Enrique Peña Nieto, no procederá legalmente contra el gobernador de Quintana Roo, Roberto Borge Angulo?, como lo dijo ayer en Cancún, en el evento de cierre de campaña de la candidata a la presidencia municipal de Benito Juárez, Graciela Saldaña.

Yo, sin titubear, sería capaz de apostar todo mi reino; porque Jesús Zambrano es amigo del poder en turno. Cuando el presidente fue panista, Zambrano fue sumiso con el PAN, ahora que es priista es amigo del PRI. Sus señalamientos son sólo pataletas, amenazas de salva.

Ayer, Zambrano Grijalva advirtió al gobernador de Quintana Roo que sus actos no quedarían impunes: “le advierto al Gobernador, las violaciones claras, abiertas, flagrantes que está haciendo a la ley, las acciones piromaniáticas no van a quedar impunes, van a tener consecuencias”, aseveró el líder del PRD.

Pero Zambrano es un político sin calidad moral, dispuesto siempre a negociar cualquier cosa que le reporte un beneficio personal.

Qué ironía, ayer, durante el cierre de los candidatos de la llamada alianza “de facto” PAN-PRD, Jesús Zambrano estuvo acompañado de Josefina Vázquez Mota, la candidata que tuvo en sus manos la llave para cambiar el destino del país, si en las elecciones del 2012 hubiera declinado en favor de Andrés Manuel López Obrador; cuando a todas luces era la candidata perdedora.

Pero mientras el PAN no ha cedido nunca ante el PRD, ahora, en estas elecciones, el Sol Azteca está cediendo ante un partido moribundo. Un verdadero absurdo. ¿Quién se junta con los perdedores?

En Quintana Roo la cosa es peor, porque el PAN está prácticamente borrado del mapa. La alianza fraguada entre los hermanos Ricalde: Julián, edil de Cancún, y Alicia, ex alcaldesa y nuevamente candidata a la presidencia municipal de Isla Mujeres; contó con la aprobación de Jesús Zambrano, quien por intereses particulares decidió vender los cargos de elección popular al PAN; en lugar de empujar una coalición con los partidos y asociaciones de izquierda.

Jesús Zambrano sólo está mirando por su sobrevivencia, y le queda poco tiempo, porque la salida de Andrés Manuel López Obrador del PRD cobrará su primera factura. En el 2012 los ciudadanos de Quintana Roo tenían una razón de peso para salir a votar, en el 2013, no la tienen; y más o menos es así el panorama en todos los estados donde habrá elecciones. Era López Obrador el que llenaba las plazas en los cierres de las campañas de los candidatos de la izquierda; no eran los candidatos los que llenaban.

Zambrano llegó ayer a Cancún a una Plaza de Toros llena de acarreados y de integrantes de la estructura de los candidatos, de sus familiares, de gente interesada en que gane la coalición porque espera obtener, de una u otra forma algún beneficio directo, un puesto de trabajo, una beca, una “aviaduría”; pero no de votantes convencidos; el pueblo, por muy anacrónica que suene esta palabra, no estuvo.

Jesús Zambrano sí ve que al PRD le queda poco tiempo, por eso, no se confronta, más que de palabra, con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto; ni con el presidente del PRI, César Camacho; ni con el líder de la cámara de diputados, Manlio Fabio Beltrones; ni con el gobernador Roberto Borge, ni con ningún otro gobernador; por eso Jesús Zambrano acudió solícito a firmar el “Pacto por México”, y por eso mismo no abandona dicho acuerdo; que no cambiará para bien la vida de los mexicanos, antes al contrario.

Cuando el PRD no sea nada Jesús Zambrano necesitará quién lo cobije, y eso ya lo vio el líder del Sol Azteca quien se preocupa ya sólo por su supervivencia; por eso, no denunciará a nadie, aunque sobren las razones para proceder legalmente contra el gobernador Roberto Borge.