Chivas 0-1 Atlante… Chivas padeció sus mismos males

Dice un dicho que “mal empieza la semana al que lo ahorcan el lunes”. Guadalajara cayó derrotado en su casa, en el debut ante los Potros del Atlante, padeciendo del mismo mal que sufrió en lo que le costó la eliminación del Torneo anterior ante los Gallos Blancos: la falta de capacidad al ir al frente y buscar definir, con un ataque desbocado y hasta sin idea.

Con la cabeza gacha y las manos en los bolsillos. Era la imagen resignada del técnico Fernando Quirarte, tras ver a un equipo sin orden y sin fundamentos para ganar, a pesar de que en el segundo tiempo, Chivas fue el que más tiempo tuvo la pelota, y se vio obligado a buscar el empate, pero jamás lo encontró.

Topó con pared el Rebaño, al ir en la búsqueda de los tres puntos ante un equipo que, si bien se renovó en gran medida, pero también mostró orden defensivo, con cosas interesantes en su desempeño de la mano de un técnico con poca experiencia como Mario García , pero que ya sumó sus primeros tres puntos del Torneo.

Chivas perdió por la mínima diferencia, y otra vez, el tema del ataque desordenado, fue su mal. Guadalajara tuvo situaciones en la primera mitad, con posibilidades de ponerse al frente en el marcador. Marco Fabián y Erick Torres fueron los gestores de esas dos ocasiones que acercaron a Chivas a ponerse al frente, con la ventaja parcial en el resultado.

Y casi similar a lo que le ocurrió a Chivas en la semana anterior ante Atlas: perdonó, y a nada de irse al descanso del medio tiempo, recibió el balde de agua fría, que se sintió más duro aún por el gélido clima en la capital jalisciense.

Michael Arroyo fue el que se encargó de poner en ventaja a los Potros, en la última jugada del primer tiempo, luego de tener un mano a mano de parte de Andrés Mendoza, pero decidió tocar para Arroyo, quien venía con ventajas para definir por el lado izquierdo, y con eso tuvo el Potro para irse con la ventaja parcial al descanso.

Chivas, en el segundo tiempo, se vio obligado a modificar: cambió su esquema a tres elementos en la última línea, dando mayores libertades por los costados para Jesús Sánchez y Miguel Ponce y servir a los atacantes de balones. Ni así pudo Chivas.

Se le agotaron las ideas a los Rojiblancos, y corrieron los minutos durante la parte complementaria sin que se encontraran al ataque, reviviendo, de esta forma, la misma historia que se vivió aquella tarde, en el mismo Estadio Omnilife, cuando fueron eliminados ante Querétaro.

A pesar de haber detectado el mal, Chivas no logró curarlo. Quirarte hizo ingresar a más atacantes: Omar Arellano, Carlos Fierro y Julio Nava fueron las alternativas para tratar de aniquilar la desventaja, pero jamás alcanzó.

La historia se repitió, con la misma víctima, el mismo mal, y los mismos aficionados decepcionados, abandonando el estadio con la desazón de un equipo sin posibilidades de ganar, sin profundidad y con un ataque desbocado.