Cruz Azul 1-1 Pachuca... Luce una gris Máquina en el Azul

Cruz Azul sigue sin hacer pesar el Estadio Azul luego de que una vez más el equipo visitante le arrancó un empate a 1-1.

Pachuca se preocupó más por quitarle el balón a Cruz Azul y aunque no tenía un delantero nominal encontró la forma de hacerle daño a La Máquina en el primer tiempo aunque sólo concretaron una.

Al 20’ Daniel Arreola logró desbordar por la banda izquierda y sirvió raso a la altura del área chica para que Jaime Ayoví llegara y empalmará el esférico con potencia para el 1-0 momentáneo.

La Máquina se dio a la tarea de buscar el empate con los pocos espacios que encontró. Así al 26’ Alejandro Vela abanicó un remate de cabeza en un centro que tenía sello de gol y que se perdió en la línea de fondo.

El empate llegó gracias a un descuido en la zaga tuza cuando Christian Giménez mandó un centro a segundo poste que nadie logró despejar y que le cayó en las piernas a Emanuel Villa. “Tito” controló y ante la salida de Cota definió con potencia.

El show arbitral también tuvo su momento en el encuentro celebrado en el Estadio Azul hacia el final del primer tiempo.

En la agonía de la primera mitad el atacante Mauro Cejas corrió a pelear un balón contra Néstro Araujo y en el choque, el defensa cayó al suelo y se llevó las manos al rostro. Al 44’ Jorge Eduardo Gasso le mostró la tarjeta roja al jugador de los Tuzos por supuesto codazo.

Pasó un minuto, tiempo en el que tarda la televisión en mostrar una repetición, y el juez central cambió su decisión al consultar al juez delínea Miguel Ángel Chúa.

En el segundo tiempo, tanto Enrique Meza como Efraín Flores movieron sus piezas. Fue así que se originó el debut de Francinilson Santos Meirelles “Maranhao”, refuerzo de Cruz Azul por la banda izquierda.

El habilidoso atacante recibió instrucciones de Eugenio Villazón durante unos tres minutos antes de entrar al campo al 56’. Ya en el terreno de juego intentó un par de desbordes pero los zagueros visitantes lo tenían .

Al final ambos equipos se neutralizaron al grado de que rompieron con la emoción de la tribuna que se conformó con la igualada.