El ex tesorero enfrenta embargos millonarios, que aun no concluyen por parte de la autoridad municipal por al menos por 20 millones de pesos, debido a que el monto de sus bienes patrimoniales no cuadró con su declaración fiscal, ya que tenia predios adquiridos en Cancún, Playa del Carmen y Mérida. Entre las propiedades, se contaron una funeraria en Playa del Carmen “Riviera Memorial”, casas en la zona conocida como La Toscana, también en Playa del Carmen, una casa en el fraccionamiento Villa Magna, en Cancún.
Es dueño de las canchas de tenis techadas conocidas como “Penny Prospect” ubicadas en la avenida Guayacán; propietario de un salón de belleza ubicado en la Plaza Caracol; además de casas localizadas en los fraccionamientos Las Américas y Santa Fe en Cancún. En el vecino estado de Yucatán: posee casas ubicadas en los fraccionamientos Altavista y Montecristo.
En el extranjero es dueño de un departamento en la exclusiva zona de Kay Biscane, en la Ciudad de Miami; un departamento más ubicado en la avenida 47 de Nueva York, y hasta una membrecía de un palco en el estadio Yankie Stadium,
En el caso del delito de aprovechamiento ilícito del poder, se acreditaron 6 propiedades por valor de 8 millones de pesos, ya que las demás posesiones fueron adquiridas antes de la gestión como tesorero de Cancún.
Carlos Trigos Perdomo, fue inhabilitado por 20 años cuando declaró en su momento declaró ingresos por 600 mil pesos anuales, cuando se le acreditaron al menos 11 propiedades con valor catastral de más de 10 millones de pesos
Cabe recordar que Trigos Perdomo, fue detenido el 17 diciembre del año 2012, cuando salía de su domicilio en la colonia Alamos, acusado por su probable responsabilidad en la comisión del delito de peculado, por 87.5 mdp, en perjuicio del Ayuntamiento Benito Juárez, derivado de las revisiones de la cuenta pública del 2009 y es el Juez Tercero de lo Penal, Ramón Jesús Aldaz Bencomo, quien dictó el auto de formal prisión al ex tesorero de Cancún.
Además de una demanda que lo involucra en actos ilícitos durante su paso por la tesorería en el desvío y desaparición de los 229 millones de pesos del empréstito aprobado por el Congreso del Estado.