Desalojan 5 hoteles en Tulum. Los turistas fueron sacados de los centros de hospedaje

Durante la tarde y noche del lunes se consumó el despojo de cinco hoteles ubicados en el kilómetro 11+200 de la carretera Tulum-Boca Paila, ya que el actuario Luis Miguel Escobedo Pérez, acompañado de un grupo de abogados, alrededor de medio centenar de policías y cargadores, procedieron a desalojarlos, en donde resultaron perjudicados una veintena de turistas y familias que habitaban los centros de hospedaje.

Alrededor de las 16:30 arribó un nutrido grupo de personas a los predios denominados “Vía Laktea”, “Hamaca Loca”, “Xicho”, “Casa del Jaguar” y “Tierras del Sol”, los cuales abarcan en total poco más de 200 metros de frente de playa, así como 50 metros de fondo, a cuyos encargados y propietarios el actuario procedió a notificarles que iban a desalojarlos, ya que contaban con una orden obsequiada por un juez Civil con sede en Playa del Carmen, en donde resultó favorecido por la decisión el empresario y abogado Carlos González Muño.

Ante esta situación, los policías se encargaron de resguardar el lugar, mientras que los cargadores procedieron a sacar las pertenencias del hotel “Vía Laktea”, de las personas que se hospedaban en el sitio, así como de quienes contaban con una carta de posesión del terreno, las cuales fueron colocadas a un costado de la vialidad.

Con martillos, cizallas y patas de cabra, los cargadores procedieron a abrir las habitaciones de los huéspedes que se encontraban fuera del centro de hospedaje, quienes al regresar de su paseo, se dieron cuenta que sus pertenencias estaban en la calle, totalmente mojadas por la fuerte lluvia y a algunos se les perdieron sus cosas de valor.

En “Vía Laktea”, la señora Lucía Alvarenga informó que en un cuarto se encontraba su pequeña hija, la cual presentaba temperatura alta, por lo tanto, corría el riesgo de complicarse su enfermedad al exponerla a la lluvia que se registraba cuando se llevó a cabo el desalojo, ya que el juicio civil favoreció al abogado Carlos González Muño.

Posteriormente, los cargadores ingresaron a la “Hamaca Loca”, de donde sacaron colchones, mesas, sillas, bases de camas, lámparas, neveras, cortinas y otros pertenencias del centro de hospedaje, los cuales fueron apilados a un lado de la carretera y custodiados por elementos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal.

Del sitio también fueron desalojados turistas extranjeros, quienes no encontraban sus pertenencias, por lo que advirtieron que hablarían a sus respectivas embajadas para denunciar esta arbitrariedad y recomendar a los paseantes de sus naciones que no visiten Tulum, por la brutalidad con que fueron tratados.

Con una cizalla y una pata de cabra, los cargadores rompieron el candado del predio “La Casa del Jaguar” e ingresaron para sacar camas, hamacas, mesas, sillas, ropa y Carlos González Muño tomó posesión del predio, en el cual no había nadie cuando se llevó a cabo el desalojo.

Alrededor de las 18:00 horas, el actuario Luis Miguel Escobedo Pérez, con el apoyo de los policías municipales y cargadores, irrumpieron en el hotel “Tierras del Sol”, de donde sacaron las pertenencias de los posesionarios, así como de los turistas, quienes no alcanzaban a comprender el motivo por el cual sus cosas fueron sacadas y colocadas a un lado de la vialidad hacia Boca Paila.

El último terreno es ser recuperado por el grupo de licenciados y el actuario fue “Xicho”, en donde su propietaria Beatriz Elena Díaz Bedolla, imploró al funcionario que no procediera a desalojarlo, ya que su esposo se encontraba enfermo; sin embargo, Carlos González Muño ingresó al predio acompañado de los policías antimotines y los cargadores, en donde hubo forcejeos en una de las habitaciones, en donde estaba un niño discapacitado.

Tras el forcejeo una persona, al parecer, resultó lesionada; sin embargo, el funcionario y los abogados no permitieron el ingreso de los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana, delegación Tulum, para brindarle los primeros auxilios, de tal manera que tuvieron que retornar a su base de operaciones.

A su vez, los dueños de las cosas desalojadas no pudieron trasladarlas a otro sitio seguro, de tal manera que continuaron mojándose al quedarse a la intemperie y únicamente, resguardados por los policías municipales que estuvieron presentes durante el desalojo de los cinco hoteles.